jueves, 18 de agosto de 2011

1886, París 20 de enero

Charcot, por Eduard Toffano
A Martha
Paris , 20 de enero de 1886
“(…) Yo me presenté impecablemente vestido; incluso había sustituido la desafortunada corbata blanca con mécanique por una de las bonitas corbatas negras de Hamburgo con su nudo perfecto. Mi frac entró en acción por primera vez. Me había comprado una camisa nueva y un par de guantes blancos (porque los lavados ya no están bien), me había cortado el pelo y me había arreglado la barba (crecida salvajemente a la francesa). En total invertí en esta noche catorce francos, pero iba realmente aceptable y me causé a mí mismo una favorable impresión. Llegamos en coche (que pagamos a medias). El estaba nerviosísimo; yo, muy tranquilo con la ayuda de una pequeña dosis de cocaína, aunque su éxito era seguro mientras que yo tenía sobradas razones para temer hacer el ridículo. Fuimos los primeros invitados en llegar y hubo que esperar que los señores regresaran de la cena. Mientras tanto estuvimos admirando las maravillosas habitaciones. Al fin aparecieron y nos convertimos en el blanco de todas las miradas: M. y Mme. Charcot, Mlle. Jeanne Charcot, M. Lean Charcot, un joven, M. Daudet (hijo de Alphonse Daudet), el profesor Brouardel, doctor en medicina forense, poseedor de un rostro de facciones enérgicas e inteligentes; M. Strauss, ayudante de Pasteur, bien conocido por sus trabajos sobre el cólera; el profesor Lépine de Lyon -uno de los más importantes clínicos de Francia, hombre bajito y de aspecto enfermizo-, M. Giles de la Tourette, antes ayudante de Charcot y en la actualidad de Brouardel (un auténtico francés del sur); un tal profesor Brock, membre de L 'Institut, matemático y astrónomo, que en seguida comenzó a hablar en alemán y que resultó ser noruego. Más tarde aparecieron el hermano de Charcot, un caballero de gran parecido con el profesor Vulpion (pero no era él), y varias personas cuyos nombres no llegué a saber, entre ellos un pintor italiano, Toffano. Estoy seguro de que tendrás curiosidad por saber cómo me comporté en esta compañía tan exquisita. Bueno, pues quedé bastante bien. Me acerqué a Lépine, cuyos trabajos ya conocía, y mantuve una larga conversación con él; posteriormente lo hice con Strauss y Giles de la Tourette, y acepté una taza de café de Madame Charcot. (…)”

M. y Madame Charcot
Prof. Brouardel


Prof. Giles de la Tourette

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